Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

sábado, 23 de noviembre de 2013

1843.- ÁLVARO CAMPOS SUÁREZ



Álvaro Campos Suárez 

(Málaga, 1981)

Licenciado en Derecho por la UMA, tras una estancia en la University of Sheffield. Estudios de Lengua y Literatura en Oxford y Toulouse y de Ciencia Política por la UNED (Madrid).

Al margen de su participación en variados homenajes y recitales poéticos, su obra ha sido difundida en reconocidas revistas literarias (Barcarola, El Toro Celeste o Suspiro de Artemisa, entre otras publicaciones) y blogs de referencia como La nave de los locos.

En 2013 ha publicado su obra trENes (Córdoba, Colección Año XIII).






CAFÉ SOLEDAD

A Campos Reina

En el café de mi soledad contemplo
fantasmas de un tiempo sin tiempo
en romántico divagar.

Amnésicos, recuerdan glorias pasadas
en copas afrutadas de saudade mientras,
en tertulias de a uno,
lucen borrachos el amor perdido.

Oxígeno anaranjado
en hamacas de laurel y espino.

El espectro ilustrado
dice adiós en soledad.






PLENITUD

Longitudes de soberbia
aguardan al lector selecto,
aquél que se reconoce 
entre tierra balda y en barbecho.

Microcosmos artísticos
rodean su existencia fútil.
Comprende el pecado de lo inane
y en el místico oasis
atiende al orisha con ron y tabaco.

Relatos imposibles son contados
                                                     aquella noche 
y yo, narcotizado por la droga del mar y las sirenas,
fantaseo futuribles en su rostro
cuando el siroco borra mis pisadas.

"¡Por fin, libre para el sueño eterno!";
- digo a mi nuevo hermano.
Y ya no más camino vacilante,
abrazado al rumor de un vacío anónimo.
El de los grandes hombres,
beduinos de la iluminación.




OBSERVA Y MUERE

¿Por qué es el ente y no más bien la nada?
M. HEIDEGGER, Introducción a la filosofía

No se alimenta más que del aire
ni alienta menos que la muerte.
En el campo amarillo, 
atado al olivo,
hallo al perro miserable.

"Observa y muere",
me susurra.
"Observa y muere".

Can omnipotente,
paradigma del vacío
frente a un hombre sin ladrido.






EL PORTERO DE LAS NUBES                  
                     
                                                    A Luis Cernuda,
en el 50º aniversario de su muerte

Azul, gris, rojo. Tres colores 
para una misma fantasía.

Al abrigo del ozono
y el nitrato de plata
las nubes descansan, tranquilas…

… como el reo en el corredor de la muerte…

Dormirán entre sollozos
hombre y nube evaporados.







martes, 19 de noviembre de 2013

1842.- JOSÉ RIENDA

José Rienda

José Rienda 

(Granada, 1969). Doctor en Filología Hispánica, es profesor del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la  Universidad de Granada y miembro numerario de la Academia de Buenas Letras de Granada, desarrollando igualmente su labor en el ámbito de  la edición cultural como director de publicaciones de Ediciones Dauro. Fue Premio Federico García Lorca de Poesía de la Universidad de  Granada en 1994 y finalista del Premio Gustavo Adolfo Bécquer de la Junta de Andalucía (1992). Ha publicado los poemarios En las hondas  lejanías... (Cuadernos del Laurel, Granada, 1991; 2ª edición con el título Margen y deriva: Cooperativa Editorial, Granada, 2004, donde incluye  además la plaquette homenaje a Javier Egea Itinerario al mar); Inventario de Octubre (Fundación Federico García Lorca/Universidad de  Granada, Granada, 1995; 2ª edición en: Granada Literaria, Granada, 2004, prólogo de Juan J. León) y El porvenir es tarde (Silene Libros,  Granada, 2001, prólogo de Ángela Olalla). También es autor del libro de literatura infantil El buen amigo (Port-Royal, Granada, 2004, prólogo  de Ian Gibson), del libro de artículos Nuestra ciudad literaria (Mirto Academia, Granada, 2007) y de los ensayos Museo marítimo itinerante:  analectas del mar como elemento funcional en la poesía española contemporánea (Universidad de Granada, Granada, 2006) y Defensa de la  tematología literaria del mar (Silene Libros, Granada, 2006). Sus últimas publicaciones corresponden al ámbito de la didáctica de la lengua y la  literatura. 



AHORA MIRA LA LLUVIA ESPARCIDA POR EL MES 
DE NOVIEMBRE 




Ahora es cuando puedes empezar a morirte… 
Ahora puedes abandonar los brazos a lo largo del tiempo… 
Ahora mira la lluvia esparcida por el mes de noviembre… 

 BLAS DE OTERO 





Llovió poco y las últimas 
hojas verdes que aún tiemblan en los árboles 
son tan sólo un paisaje 
para otros bosques más lejanos. Tú, 
porque eres quien transita amanecidas 
las páginas en ti bajo los ojos, 
apurarás la copa del otoño 
cuando incendie la vieja soledad, 
el dolor que desvive en la impaciencia 
de sabernos al borde del suicidio 
y la tarde templada 
herida en lentitud hacia la historia. 



II 
  
Hoy dueles y a lo lejos el cansancio 
del agua que emborrona los papeles 
pregunta adormecido en tu mirada: 
el tiempo, amor, el tiempo 
y un abismo que aturde los sentidos 
como un caer bestial hacia la tierra. 




III 

Aceptamos la vida como extraña renuncia 
de otra historia o ciudad, 
como factura eterna por los bosques 
que insensatos blandimos ante el mundo 
en mitad de una lluvia inexplicable. 

A veces nos amamos, 
delincuentes tal vez en el descaro 
que exhibimos por grandes avenidas, 
fuertes de juventud, resueltos siempre 
y gozosos, prohibidos con la tarde 
y arrestados al fin en las horas de invierno. 

A veces nos amamos, sólo a veces, 
temerarios 
que pedimos las cuentas a los años 
y pagamos un saldo amortizado 
en la traición al bosque que tuvimos, 
el refugio imposible contra el tiempo 
de esperas y dolor que nos acecha 
si vivimos la historia a nuestro modo. 



IV 

Anoche preguntaron por la lluvia, 
la tuya amanecida, adolescente 
por mucho que pretenda envejecernos 
en esta realidad que se oscurece 
con manos alargadas a la luz 
contaminada y débil. 




Te buscaron por bosques y avenidas y tú lograste huir hacia la noche 
a través de un cristal que desconoce 
el nombre de los fríos que mendigan 
con un cuchillo azul en la garganta, 
con otra historia vieja y la derrota 
de sabernos el frente de las voces 
que serán esta lluvia que transcurre 
como llueve en las páginas vencidas 
sobre un mármol raído en la memoria. 



VI 

Acepta entonces tú también como nosotros 
esta historia que ocurre en mitad de la lluvia 
de otro tiempo o ciudad. 

Y perdona el abismo en que te envuelvo 
cuando expongo al temblor de tu mirada 
unos versos que dudan la traición 
de comprenderse versos en la muerte, 
de saber sin embargo que pudieron 
saltar de pronto a ti, 
crecer al par que un libro, 
vivir en otros bosques. 



VII 

Puede tal vez la lluvia ser un pueblo 
de aquellos que se encuentran sin querer 
y ofrecen como niños la sonrisa 
a quien pasa con sueño. 

Puede tal vez la lluvia ser un canto 
que te empuja hacia dentro de la ropa 
y se alza indeleble en el final 
de un pasillo olvidado. 

Tú vas, detrás el agua. 
No me pensaste aún 
pero en la tarde llueve. 




VIII 

Imagina 
que en este sol atrapases un instante del ocaso 
y el alba caudalosa de tu cuerpo se volcara hacia mí. 

Imagina, 
bajo el himno humedecido de los besos o las hojas, 
que algún ave aterida se acercase hasta el cielo 
para hablarnos del amor 
esta tarde. 

Un horizonte se deshace en tus manos, 
un otro mundo lloviznando por dentro. 

Imagina que tan sólo 
una sílaba restase 
para rozar un poema 
de pequeña libertad. 




IX 

Es lo que más me duele de todo lo que amo: 
tu juventud incierta, el cruzar estaciones 
sin pensar en saberlo, el poder olvidarnos 
de la lluvia callada que los campos precisan, 
el ponerle una acera 
al sinfín de tu calle. 

Y lo que más me duele de todo lo que amo 
resiste en el quizás 
del llegar a quererte para estar indefenso 
y pedir que me abraces 
mientras cierro los ojos 
y susurras hermosa 
que me quede tranquilo, 
que tendrás tú cuidado 
del reloj y la tarde. 

Es lo que más me duele, 
el tener que llamarte porque a veces no estás, 
el buscarle una entrada a la historia prohibida, 
el vivir al acecho de tu amable palabra. 




Vas de nuevo al amor que en la calle ganamos. 
Ya no estás en la enorme facultad si me atrapan. 

Es ayer más lejano y tu pueblo una isla. 
Vas de nuevo al amor, a la paz, a la casa.  
Te preguntan por mí, pero el mar nunca vuelve. 
Nuevamente el dolor de la historia me calla. 

Y te dije que el tiempo era sólo un recurso. 
Y dijiste que a veces tanta vida se paga. 

Te preguntan por mí, pero ya no lo sabes. 
Es sencillo olvidar un poema de nada. 

Porque ya no respondes en el bosque incendiado. 
Nuevamente el dolor de la lluvia... Mañana... 



XI 

Cuando los árboles, 
recuerdo 
que fue cuando los árboles pusieron 
su esperanza y la luz en otro espacio 
de nuestras iniciales. 

Porque aquellas primeras, tus canciones 
primeras sobre el tiempo de las calles, 
sobre la delgadez de los amantes 
y la censura al mar, 
vinieron con el bosque 
como un resto de vida que guardamos. 

Lo recuerdo 
siempre dándonos tarde 
allí bajo la historia 
que hubieron rescatado del incendio 
para nosotros solos, 
allí sobre los mares 
y caminos que aún nos pertenecen 
(allí supimos ir con el traje encogido, 
en la precoz esquina de la lluvia, 
sin miedo a tanta paz, 
tranquilamente allí, 
lentamente hacia allí). 

Lo recuerdo sí grave por la luz, 
sí golpeado a ciegas por los siglos, 
y sé que la vejez de aquellos árboles, 
 árboles por la tarde, 
 árboles en el hombro del cansancio, 
 árboles en tu voz tan desmayada, 
nos empujó hacia el mar y nos dejó en un final de sueños destrozados 
como quizá las nuevas estaciones. 



XII 

Otra vez con la lluvia me ha llegado tu nombre, 
con la encina gigante arropada en las nubes, 
esta encina testigo, camarada del tiempo, 
de ese tiempo imperfecto que habitamos despacio; 
y despacio alcanzamos, por detrás de las calles, 
por detrás de la historia que jamás nos leyeron, 
este libro más tuyo aunque lleve mi daño 
o las horas enfermas en los bares perdidos; 
y he perdido en los trenes de noviembre a noviembre, 
compañera callada, tu política triste 
y tus mapas ocultos o tu espalda pequeña, 
tempestad sin imagen, compañera sincera; 
y el paisaje se aleja y tus labios dormidos 
se despiertan al tiempo y recobran la herencia 
corrompida de siglos, de semanas absurdas, 
y recuerdas mi nombre pero tú no lo sabes 
porque no me conoces ni siquiera en un verso: 
yo jamás he leído con mi voz esos ojos 
que inventamos un día que olvidaste de pronto 
porque vino el verano y tu pueblo una isla, 
y mi brazo cansado, y otra vez me preguntan, 
y otra vez que te fuiste, y otra vez que sin prisa. 



XIII 
  
Trastienda infinita el mar, 
cerca se escucha llorar. 

Lunas de sal prisioneras 
de horizontes de escolleras 
cuando abaten cordilleras 
buscadoras de otro hogar. 

Trastienda infinita el mar, 
cerca se escucha llorar. 

Soledad impertinente, 
pasajero delincuente, 
navegante adolescente, 
¿quién te quiso rescatar? 
 Trastienda infinita el mar, 
cerca se escucha llorar. 

Sólo triste indumentaria, 
sólo lluvia literaria, 
sólo duna milenaria..., 
¿quién te pudo desarmar? 

Trastienda infinita el mar, 
cerca se escucha llorar. 



XIV 

Sí. 
El porvenir es tarde, 
tarde porque de golpe fue muy tarde, 
tarde porque mañana 
será siempre ya tarde para el último muerto, 
para los muertos de ahora mismo tarde, 
tarde. 

¿Dónde están todos? 
¿Dónde la voz, los árboles? 
¿Adónde la esperanza? 

El porvenir es nunca. 
Y este mar que mendiga bajo siglos de miedo. 

El porvenir es nada. 
Y este abismo que anuncia el dolor de los huesos. 

Otra historia vencida y extraña sin embargo 
y otros ojos cansados que apenas rozan cuerpos, 
son muertes, sangre en estas páginas, 
en esta luz de hogar deshabitado, 
en este bosque frágil sobre el tiempo, 
en estas manos tensas 
y en estas calles, 
en estas lluvias, 
en estos restos... 



XV 

Por si acaso los bosques de un exilio en la playa 
o prefieres entonces renombrar la derrota 
y retomas en cueros nuestra noche canalla 
y decides de pronto que te llamas gaviota.  
Por si acaso los ecos de una vieja muralla 
o descubres un libro, una cumbre y te agota. 
Por si acaso la tarde, el dolor, la batalla. 
Por si acaso concluyes y me dices idiota. 

Y las voces cansadas y también el invierno, 
la vejez de la lluvia y el amor por si acaso 
te requiero un camino que te lleva al infierno. 

Y los gestos vencidos y también el desierto 
y la cama tremenda y la paz del fracaso 
por si acaso te llaman y te dicen que he muerto. 



NOTA DEL AUTOR: 

Estos poemas, unidos en lluvia, fueron recitados el 16 de julio de 2009 en el Carmen Aljibe del Rey, dentro del ciclo “El Agua y la Palabra”. 

Poemas I a VI y XIV: de El porvenir es tarde (2001). 
Poemas VII a IX: de En las hondas lejanías (1991). 
Poemas X, XI, XII y XV: de Inventario de octubre (1995). 
Poema XIII: de Itinerario al mar (2000). 











lunes, 11 de noviembre de 2013

1841.- ALBERTA DE LA POZA OLIVA


Alberta de la Poza Oliva

Alberta de la Poza Oliva, poeta, nace en Albacete el 15 de septiembre de 1964, pero reside en Córdoba desde su infancia.
Ha participado en múltiples Recitales, y por diferentes causas, Solidaridad hacia diversas causas, homenajes, etc., siempre de manera altruista. Ha coordinado el Ciclo Poético “ Los Versos del Sol”, por el que pasaron diversos poetas de Córdoba y provincia. Ha sido jurado en diversos Certámenes de Poesía y Cuentos Infantiles.

Premios literarios:

Finalista en el Certamen Nacional en el apartado de Poesía, en Fernán Núñez ( Córdoba ) con parte del poemario, “Donde el alma se esconde” ( 2005 ).
Primer Premio: “Caños Dorados” de Fernán Núñez, con la obra, “Sin equipaje” ( 2006 ).

Publicaciones:

Donde el alma se esconde.(2005). Editorial: El Olivo. ISBN 84-96307-37-9.Depósito Legal: J-560-2005
Tráfico.(Córdoba, 2007). Editorial Andrómina. Colección “Las Lobas”.ISBN 84-935467-0-4
Miradas en re menor.(2008). Editorial El Olivo. ISBN 84-96307-79-7.Depósito Legal. SE2096-2008, U.E
Donde los vivos: (Córdoba, 2010). Colección: Daniel Leví. Editorial Asociación Cultural Andrómina. ISBN 84-937093-5-8. Depósito Legal: CO-520-2010.
Plaquettes: Un muro tras la niebla, (Ciclo: Sociedad de Plateros, coordinó, la poeta y periodista, Pilar Sanabria (2005).
Saber marchar. (Ciclo: Los Versos del Sol, coordinación: Alberta de la Poza)

Inclusiones en Antologías de Poesía:

Antología de Poetas en Solidaridad con los Afectados por el SIDA. Edición: Delegación Provincial de Salud de Córdoba 2006. ISBN 84-934622-8-4. Depósito Legal: CO-1392-2006
El Oro Líquido, El Aceite de Oliva en la Cultura. Edición de la Oficina del Autor, con la colaboración de la Diputación de Jaén 2008. Depósito Legal: M-44432-2008.
Homenaje a Pablo García Baena. (No será todo humo) Arca del Ateneo. Ateneo de Córdoba. Patrocina: Delegación de Cultura de la Diputación de Córdoba. ISBN 84-88175-49-6. Depósito Legal: CO-787-08
Entre el Puente y el Río. Edición: Almuzara, para la 7ª Edición de Cosmopoética. Poetas de Mundo en Córdoba, por iniciativa de la Caja del Agua. ISBN 84-92573-56-1 Depósito Legal: CO-369—09.
Versos Mundanos al Vino de Córdoba. Edición: Consejo Regulador de la Denominación de de Origen, Montilla-Moriles. Patrocina: Diputación de Córdoba. Depósito Legal: CO-581-2009
Tintas para la Vida II. Poetas Cordobeses por la Donación de Órganos. Publicado por la Delegación de Salud de la Junta de Andalucía, y el Hospital Universitario Reina Sofía. Depósito Legal: CO-725-2010.
Homenaje a Luis de Góngora y Argote. Ediciones Depapel. ISBN 84-938769-0-6. Depósito Legal: CO 168-2011.




SIN EQUIPAJE

Esta vez tu maleta va escasa de equipaje
una foto al corazón cuando todavía vagaba
en cualquier parque.
Otra, de las sombras donde ocultas morados
trozos de piel con un sudario, sonriéndole
a la cámara con estrellas en los ojos.

Hoy te ha seguido, lo sabes, pero sales
por el callejón donde habitó tu alma.
Has elegido pertenecer siempre a esta noche,
has cortado la mordaza con los dientes
nunca más sucumbirás a esa agonía.

Te has arreglado el dolorido cabello,
lacado las uñas rotas e indefensas
te has pintado los labios con la sangre
del último puñetazo.

La luz de la farola parpadea, te avisa
brilla entre las gotas de dolor
que resbalan por tu cara.

Cuando lo ve no siente nada
es el fin, susurra un quedo adiós a mañana,
no siente nada, la pistola la mira
no siente nada.
El primer disparo, en el pecho,
la devuelve a su infancia
a su padre llevándola al colegio, agarrada
fuerte a su mano
El siguiente, en el vientre, ira y sangre
cuando hace días abortó otro hijo
y se sintió culpable;
violada, ajada, con hedor a larios
perdió su razón amar, no le importó nada.

La tercera bala, frío, mucho frío, y por fin
la luz, los hijos que ya puede acunar
sin miedo, mujer en libertad, sin miedo
sin cardenales en el alma, la luz
desgrana su vida en la acera, bajo la farola.
Nunca fue tan límpida su mirada.

Él no huye, la mira mientras se arrastra
y la abraza y la besa y llora gusanos...
y de nuevo en televisión: "un día más abrimos
el telediario con la noticia del aumento de la
violencia de género, en lo que va de año..."








MI REZO: A QUIEN CORRESPONDA.

Gracias, renuncié al derecho a odiar,
pero te ruego que respetes lo que amo.

Gracias por esta ávida primavera que
me pudiera permitir soñar silencios
rubor de tierra pariendo color y aromas;
pero te ruego que la brisa se adentre
en el desierto, creando luz entre las dunas
moldeadas, que forman los cuerpos.

Gracias por los idiomas que no comprendo
porque caóticas lenguas son la libertad,
pero te ruego por minorías temerosas
del monstruo que financia sueños de otros,
"el sueño americano"
dejando viudas de plomo, y niños navegando
en barquitos de papel sobre rápidos de sangre.

Gracias, pero abónanos la deuda de cien años de paz
parece ser, que tanto o más duró una guerra.
Pero te ruego un pacífico desembarco
en las lúcidas aguas del mar Mediterráneo,
testigo de pasiones y lujuria, y desencanto
donde hacer el amor en sus entrañas,
invita al sexo más perverso, la carne
lacerada por el roce de la arena, mientras
penetras en mí con la libertad del ave fénix.

Gracias por un cielo tan azul ¡tan sutil!
que pudiera confundir la cometa
con un águila orgullosa de su especie,
te ruego que no extingas el vuelo de sus alas.

Te 10 ruego por todos los que hemos amado
y perdido, aunque un jaque-mate moviendo
figuras de ajedrez al ritmo de tu cuerpo
podría hasta dejarme vencer si me apetece..



1840.- JOSÉ ASENJO SEDANO



José Asenjo Sedano 

(Guadix, Granada, 12 de abril de 1930 – Almería, 12 de agosto de 2009) fue un abogado, periodista y escritor español.
Estudió periodismo en Madrid y derecho en la Universidad de Granada. Fue autor de numerosas obras literarias, novelas, relatos, ensayos, entre las que destaca Conversación sobre la guerra, con la que obtuvo el Premio Nadal en 1977, y que fue traducida al francés y al alemán. Colaborador de prensa, durante muchos años de diario ABC de Sevilla e Ideal de Granada. Perteneció al Instituto de Estudios Almerienses.

Obras

Los Guerreros
Crónica
Eran los días largos
Indalecio el Gato (Publicada en su blog personal en su totalidad)
Joan de Dios
El Mirador de San Fandila
Papá César, el último naviero
Memoria de Valerio (Premio Tiflos 1998, de la Fundación ONCE)
Conversación sobre la guerra (Premio Nadal 1977)
El ovni
Oeste
El año de los tiros
Cuentos meridianos
Historias del exilio
Penélope y el mar
La casa número seis (última obra y primera publicada íntegramente en su blog personal)

Sobre la obra literaria de José Asenjo Sedano han escrito Antonio Gallego Morell, Antonio Tovar, Ortiz de Lanzagorta, María Dolores Asís Garrote, Luis Blanco Vila, Francisco Carenas, Manuel Cerezales, Carlos Murciano, Ruiz Copete.... José Asenjo Sedano ha publicado en diciembre de 2007 una segunda edición de "Memoria de Valerio", en la editorial Comala, de Guadix.También la novela "El Cementerio inglés", en el Instituto de Estudios Almerienses", Diputación Provincial de Almería. También el libro "Una siembra fecunda" y dos libros de poemas: "Arte Menor" y "Yo, Granada" (guía espiritual de la ciudad).





ALBA EN CASTILLA

Poesía editada en Juventud, Madrid 30 de junio de 1949. Tenía, entonces, 19 años.

ALBA EN CASTILLA

I

Helada paz de Castilla
la de castillos granada,
jirones grises de nieblas,
fugados de la montaña,
abrigan a las estrellas,
a la llegada del alba.
Sobre la tierra dormida,
un murmullo..., una campana
que llora a la media noche
besando a la madrugada.


II

Galope de castellanos
sobre el sendero sin fin.
Polvareda en el camino
que va hacia Valladolid...
La sombra de don Quijote,
hidalgo y leal paladin,
vuela sobre "Rocinante"
En la Castilla del Cid.


III

La campana azul
en toque postrero
anuncia a la luna
el blanco cortejo
de héroes y mártires,
de amor y luceros,







AGUA

Si el agua es lluvia en su remanso,
¿qué es la nube cuando vuela?
¿Qué son las aves
que el sol naciente hiere y sangra?
¿Son alcores o son el pálpito
del olmo cuando gime?
¿Vive el agua en el otoño
o es espejo que el viento apaga?

Sigo absorto el vuelo sideral
que el viento agita
y me siento nada
mientras vuelo.

Brillan los ojos silentes de la luna
rielando su estúpida mirada.
Reloj sin horas, sepulcral espera
que agota y mengua y acaba mientras espero.

La luna lapida la noche en agonía,
lluvia helada, mudez que habla
y anhela salir callada de su espera...

Todo es frío y polvo
que vuela veloz hasta la orilla.
La vida es breve, ave que transmigra
y posa esperas en la torre extinta que vigila.
El salto final, es el espacio.







LLUVIA

Si el agua es lluvia en su remanso,
¿qué es la nube cuando vuela?
¿Qué son las aves
que el sol naciente hiere y sangra?
¿Son alcores o son el pálpito
del olmo cuando gime?
¿Vive el agua en el otoño
o es espejo que el viento apaga?

Sigo absorto el vuelo sideral
que el viento agita
y me siento nada
mientras vuelo.

Brillan los ojos silentes de la luna
rielando su estúpida mirada.
Reloj sin horas, sepulcral espera
que agota y mengua y acaba mientras espero.

La luna lapida la noche en agonía,
lluvia helada, mudez que habla
y anhela salir callada de su espera...

Todo es frío y polvo
que vuela veloz hasta la orilla.
La vida es breve, ave que transmigra
y posa esperas en la torre extinta que vigila.
El salto final, es el espacio.







¿A DO TE FUISTE AMIGO?...

¿A do te fuiste amigo
que te busco con amor?
Mi alma hace duelo
desde que te perdió
y pregunta por montes
y riberas,
si alguien te vio
al aire de tu vuelo...

Al hilo del alba
descubro tu presencia,
huesped de mi corazón
transido.
Los labios de mi boca
ansian la sed de los tuyos,
Dios del amor.

¡Ven, Amigo,
al fuego de tu nido
do amor anida herido!

Vivir sin ti no puedo
y morir no es muerte verdadera.
Mi muerte es vida tuya
do está el agua cristalina
que mi alma busca y bebe...
Oigo tu voz
en el silencio,
Callado huesped.
¡Tu voz!
Vienes de noche
hasta mi sueño
donde me hablas
y yo te escucho...







HABLAR

Hablar
es otra cosa.
Es cambiar
tu palabra
por la mía.
Tejer un mundo
diferente.
Crear un espacio,
juntar palabras
como labios
y comenzar.
Seguir andando...






LA LÁGRIMA DE UNA CARMELITA MUERTA

Existen sucesos bellísimos de la vida de Teresa de Lisieux, como aquel en que, en la noche, cuando el monasterio dormía, salió de su celda y se fue al coro donde yacía muerta una carmelita anciana, su santa amiga, a la que robó una lágrima de su mejilla. Yo le he dedicado este breve poema:

TERESA

La rosa es blanca
y el alba rosa. 
Repica la campana
del monasterio.
Murió la santa
y aroma el aire.
Tiene una lágrima
en la mejilla.
Noche callada.
En el silencio,
viene Teresa
y se la guarda...






A UN LEGO MUERTO

He visto tus manos
como rosas
entrelazadas.

Dos manos blancas
de pura nieve.
¿Qué historias guardan
esas manos
sobre la sábana
donde la luna
clara amanece?

Duermen tus manos
un dulce sueño.
Vendrá la luz
y volarán...

¡Ya vuelan
sobre las aguas!
Dios las espera...







SI YO ME MUERO

Si yome muero, 
¿adónde iré?
Iré a tu encuentro 
Señor, lo sé.
Pasaré las nubes,
subiré a tu pecho
y beberé
el agua limpia
de tu costado.
Si yo me muero, 
¿adónde iré?
Iré a tu encuentro,
Señor, lo sé...







VOLAR

Volaré
hasta alcanzar
el blanco sol.
Ser la saeta
del cazador
que rauda sube
por el espacio...
¡Llegar a Dios,
dar en el blanco!





"ARTE MENOR", POEMAS, 1981


HABÍA UNA ROSA EN LA VENTANA

Ha llovido
y la rosa
se ha cubierto
de cristales.







AMOR DESPUÉS DE LA LLUVIA

Huele la tierra
como los cuerpos
cuando se mueren.
Todo está triste
bajo la seda
de los paraguas.
¡Cuanto silencio
entre las cosas
que nos decimos!

Llueve en la noche
sobre los campos

y cada gota
es una huella
que se estremece
cuando la siento
junto a mis labios.







PUESTA DE SOL

Anochece sobre el mar
y fría la mar se incendia.
¡Cuanta sangre en el agua!


Que despacio
va la nube
sobre el mar.
Es un ascua
que se apaga.

¡Qué silencio!








ERA DE NIEVE...


Era de nieve.
El mar era de nieve.
De nieve pura
y callada.








OTOÑO

Pájaros
y pájaros
pasan
volando,
volando,

volando 
hacia el mar...








LA LUNA RIELA SOBRE EL MAR

La luna
es redonda
y está muerta.

La luna
tiene sangre

azul.

La luna,
¿dónde está
la luna?








MI PALABRA...


Mi palabra
es mi recuerdo.

Todo tan lejano,
tan infinito,
tan sin término...

(Poemas del libro ARTE MENOR, colec. Genil, Granada 1981)








NIEVE REPENTINA (Poema)

Nieve repentina.

Ha nevado
y la tierra
se ha cubierto
de pequeñas
flores blancas
que relucen
con el sol.
Se han helado
los almendros.

(1981,"Arte Menor", Colec.Genil, Granada)
(Publicado diversas publicaciones poéticas)









CANCIONES PARA DORMIR AL NIÑO


A mis nietos Fernando y Claudio, junto al Belén.



I

¡Qué silencio tan divino!
El me mira y yo le miro.




II 

Era de plata
La luna llena

Dentro del agua.
Y el Niño quiso
Tocarla.
Vino José
Y con la vara
Sacó la luna
Del agua.



III

Y se parecían
El Niño y María.
La misma mirada,
La misma sonrisa,
Las mismas palabras,
Las mismas caricias.
Mirando a Jesús,
A ella veías....




IV 

Duerme mi Niño,
Rayo del alba,
Duerme lucero
De la mañana...




V

Tiene la rosa
Sangre y espinas.
La Virgen llora
Cuando la mira.
Nadie la toca
Que así es la rosa...




VI

Cordero que duerme,
A la medianoche
Capullo de nieve...




VII

Y siempre María
Todo lo guardaba.
Guardaba sus lloros,
Sus ropas de lana
Y su pelo rubio
Sobre la almohada.
Guardaba los besos
Que el Niño le daba
Y aquellas sonrisas
De la madrugada.
Y siempre María
Todo lo guardaba...




VIII

Cordero divino,
Que la noche vuela
Mientras yo te miro...