Los poetas Fernando Sabido Sánchez, Mariano Rivera Cross, Carlos Guerrero, Domingo Faílde y Dolors Alberola en Jerez de La Frontera (Cádiz), Primavera 2013

jueves, 22 de agosto de 2013

1771.- PEDRO JESÚS CORTÉS ZAFRA


Pedro Jesús Cortés Zafra
Natural de Álora, (Málaga). Maestro de Escuela, jubilado. Comienza a escribir con 60 años, en Julio de 2012. Desde entonces lleva más de setecientos poemas para adultos y un centenar para niños. Buen número de ensayos y relatos cortos y una obra de teatro inédita titulada “¡No me... no me..., que te... que te...!” (Teatro educativo dirigido a alumnado de primer ciclo de E.S.O. que tiene como objetivo la prevención de la drogadicción). Publicó por primera vez, formando parte de una Antología del II Encuentro de Poetas Andaluces de Ahora. También lo ha hecho en diversas revistas poéticas. Ha participado con algunos de sus poemas en el certamen Plenilunio de Málaga capital, y en el Encuentro de Poetas Poeshoail, de Fuengirola, entre otros lugares. Es miembro del Taller Literario Cervantes de Álora. Con este taller ha participado en otro libro. La mayor parte de su poesía para adultos es poesía social. Casi toda su obra se encuentra en el blog http://pjczafra.over-blog.es






LOS TIBIOS

Gente ni fría ni caliente.
Haciendo oídos sordos a los problemas,
En ciudades de ricos, junto al hambre.
En ciudades de muerte.
Desdeñada inconstancia de los tibios.
Arrojados del cielo y del infierno.
Mundo de pena, donde
Esos pobres, ricos se creen.
Magia descarnada. Suerte de abismo.
Abismo profundo de los mares.
Nuevo diluvio.
Ruda espuela contra la esperanza. Infame.
Infame sacrificio que impone
La sutil sabiduría del rico.
Pobre batalla, propia de necedades.
Malhechores contra la inocencia de los bienhechores.








Despierto soñé contigo.
Por el monte te llevaba,
Entre naranjos y olivos,
Aquella mañana clara.
Y por la roja vereda,
Que va al azul de la sierra,
Yo me miraba en tus ojos.
En la mañana serena.
Entre el vestido y tu piel,
Mi mano, se aventuraba.
Tus ojos, color de miel,
Consentimiento me daban.
Y tú te soltaste el pelo.
Yo me aflojé la corbata.
Nos sentamos en el suelo.
Nos intercambiamos almas.









La puerta del firmamento
Tú me has cerrado.
Cabalgué entre sombras.
Desorientado.
Ruidos de tambor, fueron
La llave que redoblaron mis sueños.
Sueños de besos, de viento...
De tu boca,
De caricias, sin tinieblas,
En lo oscuro de tu cuerpo.
Pero yo seguí viviendo
Noche oscura de mi anhelo.
Sólo las frías estrellas
Sonreían en el cielo.
De piedra tu corazón.
El mío de alas en mi pecho.
Alas que le habían nacido
Para volar a tu encuentro.







FINAL

Carne con licor de lirios,
montañas llenas de heridas,
para espanto de los hijos,
lacran en rojo y morado
las alas de sus suspiros.
Con largas pieles de sábanas,
duras al más leve aullido;
caballos corren sus lenguas
por sus filos de cuchillos,
con plumillas en su cuello
pintan un cáncer dormido.
¡Callad, que no se despierte!...
¡Dejadle sueños de niños!
Vendrá una luna a destiempo
por cementerios antiguos
alumbrando las angustias
de aquellos que la han querido.
La sangre en su corazón
ceniza se ha convertido
y bajo el monte de Venus
fluyendo oscura en su sitio
va minándole la vida
que ya solo es sacrificio.
¡Dejadla, no se despierte!
que está soñando con niños
y una sonrisa en su boca
puso fin a los martirios.







LUNA NUEVA

En los árboles pájaros oscuros.
La noche canta a sus vírgenes del cielo.
El aire de seda balbuciente echa un pespunte,
entre estrellas desnudas,
que tartamudean en silencio.
Los minutos borrachos
hacen guiños al tiempo.            
Coronado de guirnaldas, el vino,
oprime al luto de la negra noche
y el dolor en su sien
con los astros de plomo
trae fantasmas en pié.







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